Blog de contracorrección irreflexiva sobre antiquehaceres parartísticos

domingo, 18 de diciembre de 2011

De Norberto

Como cada año transcribo el relato con el que el excelente escritor Norberto Luis Romero nos felicita las fiestas a los amigos y como en cada ocasión merece la pena que lleguen estas fechas aunque sólo sea por leerlo.


 Precocidad


Fue sobre las dos de la madrugada. Los padres dormían y no supieron nada hasta que oyeron los disparos, corrieron a la habitación del niño y descubrieron aterrados la cama vacía. De allí se precipitaron escaleras abajo hacia el salón, donde habían sonado los tiros. Lo que vieron les quitó el aliento: su hijo todavía empuñaba la pistola caliente, explicó el comisario a Cruz, el forense. Y prosiguió, señalando los tres cuerpos yacientes casi al pie del arbolito navideño: no llevan documentos, pero está claro que no son de aquí.

Pero el hijo…

El comisario se adelantó a la curiosidad de Cruz:

Las nuevas generaciones son precoces. Este debe tener entre nueve y diez años. Al parecer, oyó ruidos abajo, se levantó de la cama. Sabía perfectamente dónde guardaba la pistola su padre…, y bajó decidido. Señaló hacia el pasillo y continuó:

Se llama Pedro, está con sus padres, uno de nuestros hombres y la psicóloga en la cocina, padres e hijo bajo los efectos del shock. Pobre criatura, no deja de tiritar, permanece con los ojos muy abiertos, no pestañea y mira al vacío.

El forense hizo un amago.

Es inútil, Cruz, llevamos un par de horas intentando que nos diga algo, pero no quiere hablar, únicamente repite una palabra: carbón, carbón, carbón…

No hay comentarios:

Publicar un comentario