Blog de contracorrección irreflexiva sobre antiquehaceres parartísticos

lunes, 11 de abril de 2011

Domesticación Emocional (IV): Los Miserables



Lo que convierte al clásico en tal es su inmortalidad. Pero eso que llamamos "inmortal" no es cosa de contenidos estéticos o habilidades literarias, sino la capacidad premonitoria. Su valor profético. Los clásicos lo son porque parecen escritos ayer por la tarde... Así ocurre que uno siempre retorna por se encuentra en ellos, y lo encuentra, y lo ve, y lo comprende y se lo explica... Así es que esta misma tarde dominical, entre el tedio y el no sé qué hago, me da por releer, a pellizcos, ese novelón glorioso que es "Los miserables", del gran Víctor Hugo, y a bote pronto me encuentro con lo siguiente:

"Después se preguntó si era el único que había obrado mal en tal fatal historia; si no era una cosa grave que él, trabajador, careciese de trabajo; que él, laborioso, careciese de pan; si, después de cometida y confesada la falta, el castigo no había sido feroz y extremado; si no había más abuso por parte de la ley en la pena que por parte del culpado en la culpa; si el recargo de la pena no era el olvido del delito, y no producía por resultado elcambio completo de la situación, reemplazando la falta del delincuente con el exceso de la represión, transformando al culpado en víctima, y al deudor en acreedor, poniendo definitivamente elderecho de parte delmismo que lo había violado; si esta pena, complicada por recargos sucesivos por las tentativas de evasión, no concluía por ser una especie de atentado del fuerte contra el débil, un crimen de la sociedad contra el individuo; un crimen que empezaba todos los días; un crimen que se cometía continuamente por espacio de diecinueve años.
Se preguntó si la sociedad humana podía tener el derecho de hacer sufrir igualmente a sus miembros, en un caso su imprevisión irracional, y en otro su impía previsión; y de apoderarse para siempre de un hombre entre una falta y un exceso; falta de trabajo, exceso de castigo".

Terrible. Hugo podría haberlo escrito ayer y se comprende que deba sujetarse la cabeza con tan grave hastío.

Hace diez minutos.

Su mundo era el nuestro sin lugar a la duda. Sus sueños de progreso eran los del presente. La miseria idéntica, al igual que la desvergüenza y el horror de la desprotección y el abandono andrajoso. Su mundo fue un espejo del nuestro: un lugar lleno de miserables que sobreviven de migajas, que se odian, que se detestan, que matarían por llevarse un pedazo de la recompensa del vecino. Un mundo de purulenta y vergonzosa iniquidad en el que odiamos al pobre por serlo, y admiramos al rico porque se nos ordena, y detestamos al tipo de al lado tanto como a nosotros mismos por no ser ricos o poderosos ni tener modo alguno de alcanzar la riqueza o el poder. Este asco de mundo era también el de Víctor Hugo. El de Jean Valjean.

Un mundo de venganzas y vengadores que odian, detestan, insultan y mancillan porque se sienten insultados, mancillados, vejados y agredidos. Somos así. Clamamos por la justicia desde la profundidad de esas injusticias que nos justifican y sostienen. Exigimos valores desde el desvalor y clamamos por la libertad desde los abismos de la tiranía ética y moral. Porque eso es la domesticación absoluta y no otra cosa: hacernos creer que nada puede ser de otra manera, que nada funcionará de otro modo, que ser así es la única forma de ser. Este grosero e infame mundo es lo que tanto preocupa conservar a nuestros mandatarios.

Ni estamos unidos, ni somos fuertes.

Estamos acabados porque nos han roto, nos han aplastado el ánimo, nos han vendado los ojos, nos han aniquilado en la casilla de salida, nos han hurtado la revolución, nos han dejado sin ideología y nos han aplastado las ilusiones. Nos gestionan los derechos y las libertades. Somos niños. Somos prescindibles. Somos reemplazables para la gran maquinaria. No somos nada.

Excepto miserables.

5 comentarios:

  1. Hermano, acabo de regresar de Valencia, por eso no te he contestado antes.

    Ahora que estoy aquí, tampoco tengo nada que comentar o responder, porque lo que dices es incontestable.

    Hugo y tú, un domingo por la tarde.

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  2. Francis acabo de recoger tu libro :)

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  3. Bien!!!!! Gracias Enea.

    Espero que sea de tu agrado. Ahora solo hace falta que nos encontremos para que pueda dedicartelo. :)

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  4. EL 12 de mayo presento la novela en Madrid, ¿qué mejor oportunidad para que nos encontremos todos? ¿Te animas Enea?

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  5. Pff imposible el 12, trabajo hasta las 20.00, una pena.

    La última semana de Abril voy para Barna pero igual me bajo a Madrid el fin de semana. Luego seguro en Junio porque tengo exámenes de nuevo el 17 y 18.

    Estamos condenados a mantener una relación triangular a distancia jajajaja.

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