Blog de contracorrección irreflexiva sobre antiquehaceres parartísticos

martes, 11 de enero de 2011

AUTOENTREVISTAS: Panadero por Panadero.



Nací en Madrid, en 1974. Soy el pequeño de muchos hermanos. Y gracias a mis hermanos fui cinéfilo y lector precoz. De niño veía películas de Corman, Tourneur, o Bava, alternaba títulos como Superman, El gabinete del Dr. Caligari, Flash Gordon, El pequeño salvaje… De adolescente leía indistintamente tebeos de Batman, de Spiderman –aunque éstos los evitaba en la medida de lo posible; el trepamuros me parece demasiado sensiblero–, novelas de William Burroughs, estudios sobre criminología... Estudié Periodismo con la idea de especializarme en temas culturales. Me gusta la música rock, escribo sobre cine, y reivindico la literatura como el mejor pasarratos posible. Acabo de debutar como novelista con Los viejos papeles (NGC ficción!, 2010).

Si queréis saber más de mí, podéis visitar el blog que coordino, Revista Prótesis. Y si aún quedan cosas en el aire, citadme en cualquier bar, a ser posible por Vallekas. Os lo contaré todo, con más pelos y más señales.
Francis y Biedma me invitan a auto-entrevistarme. Más comodidades no me podían ofrecer; yo elijo las preguntas que me apetezca, y respondo lo que me venga en gana. ¡Adelante!


Los críticos, ¿sois escritores frustrados, o frustrados a secas?


Ese es uno de los lugares comunes con los que más fácilmente se tropieza en los ambientillos culturales. Y como todos los lugares comunes, unas veces funciona, y otras, no. “Si sabes tanto, hazlo tú, a ver qué tal te sale”, dicen muchos. Como si el hecho de opinar nos obligara a ponernos manos a la obra, sin perder un segundo.
Aunque pasen los años, sigo viéndolo igual: crítica y creación literaria me gustan por igual, y si me apuras, disfruto más con la divulgación de la cultura que tejiendo ficción. En mi caso, una faceta no está supeditada a la otra, y por cada argumento para novela que se me ocurre, me surgen tres o cuatro ideas para ensayos que me gustaría escribir.

Ahora los escritores lo tenéis más fácil con eso de la autoedición. Te puedes saltar al intermediario sin problemas

Parece que nos hemos olvidado de las medias tintas. Muchos dicen que estamos en el peor momento posible, y argumentan con firmeza. Cualquiera les lleva la contraria. Otros parecen sugerir que nunca habíamos estado mejor. ¿Mejor o peor? Yo no lo tengo tan claro. Puede que no sea el mejor ni el peor momento para la literatura y el cine. La gente ve más cine que nunca, y ahora podemos acceder a materiales de todo tipo. También es cierto que hace no mucho tiempo los escritores vivíamos mejor. Sí, pero también vivían mejor hace diez años los informáticos, los peluqueros, los abogados, los detectives privados…
Y se habla mucho de la autoedición. Parece que los aficionados hemos descubierto el mediterráneo, cuando es algo que muchos llevamos poniendo en práctica desde que empezamos. Y seguimos en ello. Quizás hemos cambiado la ciclostil o la fotocopiadora por el portátil y el blog. Lo único que ha cambiado es que el ambiente se ha masificado, como en todo, por otra parte. Pero en lo sustancial, la situación es la misma.
A veces autoedito por capricho, y otras, porque es lo que hay. Pero en líneas generales, no lo hago exclusivamente por “saltarme al intermediario”. Me gustaría que hubiese más intermediarios, que manejasen mucho dinero y pudiesen darme buenos adelantos. El problema es que por todas partes hay pequeños reinos de taifas, editores modestos que exigen mucho, como si les diese miedo arriesgar y por eso vigilaran al céntimo en qué están invirtiendo, y a cambio no pueden ofrecerte nada, o casi nada.
El resultado de esta situación ya lo conocemos: todo está atomizado, y los escritores tenemos que asumir el riesgo. “Qué menos”, pensarán muchos. “Bastante tienen con escribir lo que les dé la gana; encima pretenderán que se les pague en condiciones”.

Céntrate, David. Lo que queremos es que nos hables de tu novela: Los viejos papeles. ¿Quién crees que la leerá? ¿A quién piensas que le gustará más?

No sé muy bien qué responderme a esta pregunta. Muchas veces me sorprendo al conocer a mis lectores. Abundan los que me leen por motivos tangenciales, inconfesables, y además están en su derecho de hacerlo. Conmigo ha llegado a contactar un coleccionista de marcapáginas, porque le gustaron los que diseñamos para Prótesis, y quería atesorar un buen fardo.
Pienso que Los viejos papeles es una novela bastante compensada, en la que no me veo obligado a exponer mi visión del mundo, por más que esté muy presente. Por eso, creo que gustará tanto a progres de toda la vida como a fachas recalcitrantes. Y la podrán disfrutar desde los lectores más pulp, hasta filólogos y amantes de la exquisitez. Sea como fuere, es una novela intensa, y la puede leer todo aquel que busque una historia potente con la que alimentarse.

4 comentarios:

  1. Panadero dixit. Un genio este tío.

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  2. La foto fue tomada en la Semana Negra de Gijón del 2008, donde David G. Panadero presentaba una nueva edición de su revista Prótesis.

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  3. Menos mál que lo aclaras, hermano. Parece tomada en el salón de actos del centro penitenciario de Nanclares de Oca. :-)

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  4. Je je, Pedrito. Está claro, por las caras de mala baba que tienen en la imagen, que no se aceptaban preguntas.

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