Blog de contracorrección irreflexiva sobre antiquehaceres parartísticos

domingo, 2 de mayo de 2010

Norberto

¿Sabes, Francis? Cuando periodistas o lectores me preguntan por un autor de género gótico en castellano que considere interesante, siempre les hablo de Norberto Luis Romero.

Cuando me preguntan por algún autor al que considere sobresaliente, al margen de que se le asocie o no con algún género, siempre les hablo también de Norberto.

Abajo dejo uno de sus estupendos relatos para disfrute de todos y por si hay alguien que necesita ir conociéndolo.




LA INSTITUTRIZ INGLESA


Llegó a la casa con una gran maleta, los señores no se preguntaron qué llevaría en ella debido a su magra indumentaria, su aspecto gris de mojigata y el gesto agrio, requisitos todos garantizados por la prestigiosa agencia, que ofertaba además de una estricta moral, el natural dominio del inglés, francés y alemán. Nada más ser presentada a los niños, estos ocultaron su disgusto y aversión como su exquisita educación les indicaba y la saludaron con una ligera reverencia que fueron efectuando del mayor al menor, según su madre los iba nombrando.
Pasadas las semanas, los atareados padres comprobaron satisfechos cómo sus hijos iban aceptando a la nueva institutriz, e incluso detectaron signos de complicidad con ella y abierta simpatía, si bien, al mismo tiempo parecían distanciarse de ellos, sus progenitores, y creyeron ver cierto recelo o fingida condescendencia, que atribuyeron a lo novedoso de la situación.Fue el mayordomo, de natural aunque bien encubierta curiosidad, quien abrió la maleta que la institutriz guardaba en lo alto del armario, aprovechando que ésta instruía botánica a los niños en el paseo de los álamos.
A partir de entonces, los flemáticos y despreocupados señores tampoco advirtieron el cambio en la actitud del mayordomo, antes tan estricto y correcto, y ahora tan proclive a desafiarlos llevándose una mano a los genitales cuando le dan la espalda.

3 comentarios:

  1. Ja, ja, Biedma. Me encanta esta Mary Poppins pasada por el cuero... Llevo un rato sin poder dejar de imaginarme a la Julie Andrews con ligueros de tachuelas forrando con una fusta al pánfilo del deshollinador.

    Colosal momento Disney!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias por la recomendación. Pero me temo que ya no nos quedan Mary Poppins, ni de las encueradas ni de las otras. Ahora las que cuidan a nuestros hijos son rumiantes de chicle que enseñan tanga sin necesidad de agacharse. Dios salve a las abuelas para no tener que recurrir a ellas.

    ResponderEliminar
  3. A mi me crió una como ésta, y así quedé: un degenerado.
    Gracias por compartir este bocado de perversión.
    Norberto

    ResponderEliminar