Blog de contracorrección irreflexiva sobre antiquehaceres parartísticos

jueves, 25 de febrero de 2010

Asfixia


ASFIXIA de Chuck Palahniuk
Editorial Mondadori



“Está claro, la peor mamada es mejor que, digamos, oler la mejor rosa o ver la mejor de las puestas de sol. Mejor que oír reír a los niños.”


Francis, querido, con los materiales provenientes de un fulano que se busca la vida fingiendo atragantamientos en restaurantes para sacarles los cuartos a los comensales que lo salvan con la maniobra de Heimlich, de la adicción sexual de ese mismo tipo, de las situaciones provocadas por su trabajo en un parque temático fundamentalista que representa la América colonial del siglo XVIII, de su madre ingresada en una absurda residencia geriátrica que apenas puede costear y de los recuerdos de las andanzas de ese mismo tipo y esa misma madre cuando se dedicaba a sabotear el sistema años atrás, Chuck Palahniuk construye una tragicomedia que a ratos es una novela fallida y la mayoría de las veces uno de los textos más imaginativos, afilados y auténticos -auténtico de barra de bar, de comentario de colega, de sentencia reprobatoria de académico estreñido- que he leído en los últimos tiempos.
Eso sí, tal vez el mensaje, o el regusto del mensaje sea un poco más que ambiguo. No lo sé.

“Y tal vez la cuestión no sea saber.
El sitio donde estamos ahora, unas ruinas a oscuras, y lo que construimos, podrían ser cualquier cosa”

9 comentarios:

  1. Y llegados a este punto, tendríamos que dejarnos de libros y montar un club de la lucha:-)

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  2. Pero nada de chorradas virtuales, David; un club de las hostias real, con sede en ca' Scarlatti.

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  3. En efecto, Juan Ramón, eso estaba previsto.
    Scarlatti me dice que nos cede la trastienda de su librería para que calentemos puños. Ahí, junto con la pila de libros de Alfaguara y las novelas de... ;)

    Un abrazote, que a hostias no hay rencores.

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  4. Querido Biedma. Buena pinta lo del fulano este -más por lo pretendidamente transgresor que por otra cosa- sí que tiene. Me huele a cosa bukowskiana, con mucha escatología y mucha reflexión tabernaria.

    Y la verdad. A la gente solo se la conoce de verdad en un bar, a las tres de la madrugada, después del tercer pelotazo. Todo lo de antes, fachada.

    Protesis: A lo de las hostias me apunto, que llevo mucha bilis en las tripas.

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  5. Pues no es con Carlitos Bukowski con quien lo compararía, Francis, o en todo con caso, mezclado y agitado con una buen lingotazo de Woody Allen.

    En cualquier caso, es evidente que Chuck escribe a pie de calle, lo que en su país y el nuestro cada vez resulta más excepcional.

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  6. Iba a apuntarme como seguidora pero no veo dónde -incluso en eso sois heterodoxos.

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  7. HLO, más que heterodoxos, analfabetos. Ya está arreglado.

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  8. Copio y pego un comentario eviado por el amigo Sergio Vera Valencia, gran seguidor de nuestro blog:


    Queridísimo manager:
    Hace ya unos añitos, tres o cuatro, me dio duro, con esa obsesión de la que solo majaras como nosotros podemos hacer gala sin que nadie se atreva o juzgue oportuno meternos en ningún psiquiátrico, con el amigo Chuck Palahniuk (o como coño se escriba).
    Encandilado por la lectura de “el club de la lucha”, que comencé en inglés para luego terminarla en castellano, me lancé sobre Survivor, que por estos lares se tradujo como “superviviente” y también “Asfixia”.
    La conclusión, el saborcillo que te deja el amiguete este es similar a lo que ocurre con las obras de Zafón, una sensación de dejavú, de que,por mucho que rice el rizo ya no te sorprende como la primera vez.
    Otro dato curioso que no sé si algún sacrílego más se atreverá a defender, aparte del kamikaze que tienes por protegido y amigo, es que las películas basadas en sus obras, o al menos “El club de la lucha” y la propia “Asfixia”, son mejores que las novelas. En el primer caso porque es una historia más larga y elaborada que la del gayer (verídico) de Chuck, aunque con un final más flojo que la del texto, y en el segundo, simplemente, porque, recuerdo que muchas de las cosas
    que pasaban en el libro se me hacían cansinas (especialmente los flashbacks en los que aparecía la madre de joven). No sé, quizá ahora, que he dejado que pase el tiempo suficiente, me anime a retomar la lectura del resto de publicaciones de este curioso
    hombrecillo. Ya te contaré.

    P.D. Te recomiendo un pequeño cuento que el frikazo de Chuck iba leyendo por ahí y que, dicen, fue capaz de tumbar a sesenta y tantas
    criaturicas. Se llama “Tripas”, son solo seis páginas, circula por ahí y, creo, que será de tu escatológico agrado. Espero comentarios.

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