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lunes, 8 de febrero de 2010

PACIENTE CERO (I)


Y en horas perdidas se leyó enterito a Don Marcial Lafuente, por no ir tras su paso como un penitente.

Joan Manuel Serrat, ROMANCE DE CURRO “EL PALMO”



Juanito siempre fue un niño prodigio, tan inteligente, ordenado, obediente, solícito y eficaz en todo cuanto emprendía o se le asignaba que no pocos, comenzando por sus familiares más allegados, estaban convencidos de que si alguna vez existió un candidato a la santidad, nunca podría haber sido mejor muchacho que el bueno de Juanito. Era el gran proyecto. El bendecido por los hados de la genética que los sacaría a todos del ostracismo de una clase media malamente reconocida, aceptada a regañadientes.

Las alabanzas para Juanito. Y los mejores juguetes, la ropa más selecta, el cuarto más grande de la casa. Los caprichos más extravagantes porque todos sabían de sus excelencias excepto él mismo. Porque Juanito, desde que aprendió a reconocerse en el espejo, tuvo la certeza de que algo no iba bien en su cabeza. Quizá fuera la terrible sospecha de que tanta prebenda tuviera poco que ver con el amor y que le sería cobrada algún día. El agobio. El sentimiento de desprecio frente al servilismo. Sin embargo, supo ocultarse a los ojos del mundo y corresponder a sus allegados con un remedo de amor que, aunque siempre se negó a aceptarlo se destilaba en el alambique del más profundo desdén.

Sería por eso, porque el análisis de su recta andadura vital daba para escasa comprensión, que la psicóloga no podía dar crédito al informe de la masacre. Miraba la fría relación impresa en molde y luego, estupefacta, observaba a Juanito. Sus ojos oscilaban en largos giros de incredulidad. No podía ser que aquel chico hubiera podido cometer tamaña atrocidad… Porque el maravilloso chaval, el proyecto de genio, había masacrado a machetazos, en mitad de la noche, a toda la familia -gato incluido- sin venir a cuento, porque sí y pare usted de contar.

- Pero bueno Juan… –balbuceó la anonadada psicóloga-. ¿Qué te pasó?

- Llámeme Fear.

- Bien, Fear pues -. La mujer, acostumbrada a vérselas con toda clase de manías, le siguió la corriente. Es lo que se hace cuando lo relevante son las respuestas.

Fear sonrió de oreja a oreja. Angelical. Tan hermoso que cualquiera se lo habría llevado a su casa sin dudarlo. Luego arqueó las cejas pensativo. Y se decidió seguro de que aquella señora que le contemplaba con cara de boba no se enteraría de nada:

- Quería saber qué siente uno cuando hace el mal.

- ¿Y qué se siente?

- Cómprese un machete.



© del texto: Biedma & Francis P.

© de la ilustración: Tomás Giorello.

4 comentarios:

  1. Paciente Cero es una novela por entregas, ya iniciada en el blog Conspiración Galatea, y que ahora rescatamos, reeditamos y prolongamos en lo que esperamos será una deslumbrante segunda vida.

    Lo mejor, sin dudas ni reservas, las soberbias imágenes originales que Tomás Giorello, uno de los más destacados dibujantes del panorama internacional, ha realizado para el proyecto.

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  2. Biedma, dixit. Amen...

    El arranque es bueno, pero lo que ha de venir es aún mejor. Ya os dije que no podríais leer solo una.

    Giorello: eres mi héroe.

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  3. Quedo esperando la próxima dosis.

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  4. Buen arranque. Soberbio, ese Giorello. Los del texto, me temo, son inteligentes, ordenados, obedientes, solícitos y eficaces en todo cuanto emprenden o se les asigna.

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